sábado, 5 de julio de 2014

El fantasma que persiguió a Cavendish

     Para muchos Mark Cavendish es el mejor velocista de su generación. La mañana del sábado 5 de julio, el primer día del Tour de Francia, el ciclista declaró a France Info que le hacía una ilusión tremenda ganar la etapa en Harrogate, pues allí había pasado muchos veranos de la infancia junto a su abuela. Por la tarde, escuché en directo la llegada: el corredor, presa de la ansiedad en el sprint final, se abalanzó involutariamente sobre un compañero y cayeron los dos de mala manera.
     Con la brisa fresca y el mar en calma las cosas se ven de una manera, pero cuando el sol ha cruzado el meridiano, la razón y los sentidos no responden de la misma forma. Marcel, el narrador de En busca del tiempo perdido, a su regreso al gran hotel de  Balbec, frente a la costa normanda, también se ve perseguido por la imagen de su querida y  definitivamente ausente abuela.
     Quién sabe el fantasma que persiguió Cavendish pocos metros antes de la meta.