jueves, 12 de julio de 2018

Precio irrisorio

    En Rai Radio 3 escucho un programa que se llama Fahrenheit, sin duda en referencia a la novela distópica de Ray Bradbury Fahrenheit 451, que algunos años después François Truffaut llevaría al cine.
    El programa comienza hacia las tres de la tarde y habla sobre libros y todo lo que pueda estar relacionado con ellos: hay oyentes que buscan libros descatalogados que, otros oyentes que ya no los necesitan, regalan de manera altruista. Hay también un concurso en que, a partir de un pequeño fragmento se debe adivinar el título de la obra. Confieso que ha habido ocasiones en que lo he acertado.
    No hace muchos días uno de los programas trataba de cómo está cambiando la lengua italiana. Entre la lista de palabras que algunos oyentes señalaban en desuso, apareció “irrisorio”.
    Aunque la temperatura a la que arde el papel sea precisamente a 451 grados Fahrenheit, el hilo de la memoria recorre unos caminos que, a priori, no están trazados en ningún sitio: esquiva el fuego y todo tipo de inconvenientes materiales.
    De repente, me trasladé a agosto de 1998, al hall del Hotel Angloamericano, muy cerca de la plaza del Tritone, en Roma. Una tarde soleada llena de expectativas.
    ¿Fue quizás aquel recepcionista que nos indicaba el precio de las entradas para un concierto de piano junto al teatro di Marcello, uno de los pocos que, ya por aquel entonces, utilizaba aquel adjetivo olvidado hoy por los hablantes?
    Y es así como las palabras y los libros te llevan de un sitio a otro sin aparente motivo; yo ahora pienso, por ejemplo, en un cuento de Borges llamado Funes el memorioso o en la madeleine de Proust. El programa ha cumplido su objetivo, mucho más incluso de lo inicialmente planeado, estoy seguro.

jueves, 14 de junio de 2018

En torno a Alnath

    En visión aparente desde la tierra el sol se encuentra rondando la estrella Alnath. Durante este mes ascenderá sobre nuestro horizonte recorriendo el mismo camino que nos muestra la constelación de Tauro en las noches de otoño. Y, gracias a esa altura sobre nuestras cabezas, estaremos más contentos (también aparentemente) y las sombras de nuestros cuerpos sobre el asfalto, a mediodía, serán cada vez más cortas. El cielo será blu dipinto di blu y tendremos la sensación de estar viendo un cuadro de Canaletto o de estar escuchando un presto de Vivaldi.
    Comeré higos y beberé té al amanecer; y esperaré hasta media mañana para que el viento Gregal comience a soplar. Me acordaré entonces de Anaxágoras, quien afirmaba hace más de dos mil años que nuestra estrella era más grande que el Peloponeso.
    Cuando el viento role a sureste entre unos pinos centenarios vendrá Demócrito para recordarme que el individuo debe ser considerado como un mundo en sí, como un pequeño cosmos donde la principal misión sea mantener el orden y la paz, y entonces sonreiré con él y me permitiré la frivolidad de escribir esta frase: tantum in tempore postmeridiano animae pacem reperio.

viernes, 19 de enero de 2018

Comienzo en Elsinor

     La experiencia viajera tiene tres momentos esenciales: el primero cuando surge la expectativa, el proyecto, el nombre de la ciudad o del lugar que se quiere visitar. El segundo llega cuando esas especulaciones pasadas afrontan la aventura real de recorrer los sitios antes tan solo intuidos. Y el tercero es cuando se recuerda, el cual ya nada tendrá que ver con los dos pasos precedentes.
    Es por ello que me recreo en el profundo invierno nórdico y pienso en el castillo de Kronborg, en Elsinor, donde Shakespeare situó al dubitativo Hamlet.
    Es ahora cuando frente a las espaciosas estancias soplará el viento del norte y el mar embravecido por la tormenta golpeará contra el muelle cercano, y los relámpagos agrandaran las sombras en los salones reales.
    Deambulando por aquellos largos corredores o subido frente a la torre más alta, prometí entonces, en la luminosa mañana de verano, que en mi templado invierno tendría un recuerdo para el príncipe danés.
    Y es justo que así sea porque todos somos, a veces, un poco como él.