“Los vientos soplarán
flojos de componente sur por la mañana, tendiendo a rolar a oeste
por la tarde, cuando aumentarán a moderados en el tercio norte."
Faro de Vigo
Como indica la nota del periódico, en pleno invierno el viento puede rolar a oeste y encontrarte en mitad de la noche con la sensación de que la primavera ya está ahí: verás altas sobre el poniente las estrellas de Géminis, brillando nítidas, y hacia el este se asomará Virgo. Todo será curiosamente un poco más cálido.
El viento golpeará en
las persianas y, de madrugada, te levantarás agitado pensando que
alguien ha llamado a la puerta. Descalzo te encontrarás, sin saber
cómo, en mitad del pasillo y comprobarás que por la rendija de
debajo de la puerta no hay luz. No obstante te acercarás al umbral y
casi pegarás tu mejilla a la madera para susurrar: “¿Eres tú?”
Y mejor que no sea ella porque de serlo no iba a venir igual que como
tú la conociste, ya no reiría y no consentiría, ni aunque se lo
pidieras, dejarse el pelo suelto. Vendría con sus obsesiones y quién
sabe si reproches de llevar esa vida en la que no se reconoce.
Atónito de haberte dado
cuenta de esa verdad, retrocederás sobre tus pasos, tus pies, fríos.
Pero a pesar de todo agradecerás a la negra noche el haberte traído
ese ensueño, esa figura becqueriana que en el fondo echabas tanto de
menos y que, por unos segundos, habrás creído real.