viernes, 6 de diciembre de 2013

¿Por qué cosas vale la pena vivir?

Lo escuché en un programa de radio poco antes de dormirme, quizás para invitar al sueño a que viniera a hacerme compañía.
El locutor evocaba las tardes de invierno, ya oscuras, en la ciudad de Perugia regresando a casa (probablemente de la escuela) rodeado por una espesa niebla. Era entonces cuando le llegaba el olor que salía de las chimeneas; teorizaba sobre el tipo de árbol del que provendría la leña, evocaba a las personas que habría frente al fuego, si estarían asando salchichas, por ejemplo. Era agradable escuchar esa voz casi anciana rememorando al niño que un día fue.
A continuación pasó a preguntar a los oyentes motivos concretos por los que valía la pena vivir: cabalgar entre la niebla (otra vez símbolo de felicidad) por la llanura padana. Fumarse un cigarrillo después de la cena mientras te sumerges en un sudoku...
El resto de cosas que dijeron ya no las recuerdo, estaba realmente cansado y creo que me quedé dormido.

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